Adrián Díaz-Caneja | Madrid
Más del 80% de las empresas españolas son familiares y suponen más del 60% del PIB según el Instituto de Empresa Familiar. Precisamente a este tipo de compañías dedica su último libro Manuel Bermejo, presidente de The Family Adivisory Board, además de profesor en el IE Business School.
La obra, editada por LID Editorial, se titula “La Empresa Familiar: 21 claves para la continuidad de la empresa familiar”. Con Manuel hemos hablado sobre la continuidad y la estrategia de una compañía familiar. Estas son algunas de sus ideas clave:
La dificultad de la continuidad
«El gran reto de de la empresa de familias es justo la transición generacional. Hay diferentes evidencias científicas que demuestran que el tránsito de la primera a la segunda apenas lo consigue un 30%, de esas que llegan a la segunda apenas un 10% acceden a la tercera generación. Ir ya más allá es una es una tarea heroica que apenas el 4% de las compañías de familia logran».
Demasiada emoción, poca comunicación
«La inmensa mayoría de empresas familiares que desaparecen lo hacen por conflictos entre los familiares, pesan mucho más las peleas.(…) Y me preocupa mucho que esa vertiente emocional que genera conflicto se lleve por delante las empresas. En la inmensa mayoría de los casos, el conflicto ocurre por falta de comunicación. Y esa ausencia, yo te diría es una de las características más típicas de las familias empresarias de cultura latina».
Pensando en el largo plazo
«En España tenemos muchas familias empresarias, que empezaron siendo micropymes, pero que de repente, por estar al calor de una gran compañía se han hecho muy grandes. Pensemos en gente que ha sido proveedora de un Mercadona o o de un Inditex.
Esas familias también han reflexionado un momento sobre qué nos gustaría entregar a la siguiente generación una mesa con una pata (lo que somos hoy, un negocio que casi todo lo vende y casi todo el beneficio viene de venderle a una compañía) o no sería mejor empezar a trabajar ya para entregar la siguiente generación una mesa con al menos tres patas. Esas son reflexiones puras propias de una familia responsable».
La empresa familiar es sinónimo de ascensor social
«Si hacemos un análisis micro y el funcionamiento del ascensor social en España, te das cuenta que en estos momentos se está empezando a cuestionar por primera vez que esta generación vaya a vivir mejor que la de sus padres. Pero sí, el ascensor social funciona en territorios donde hay buenas empresas familiares».
Primer ingrediente de la sucesión: la voluntad
«Para que haya sucesión, lo primero que tiene que pasar es que sucedidos y sucesores tengan interés. Si yo no me quiero retirar y eludo el debate, nunca lo voy a abordar. Por otro lado, la siguiente generación pues se tiene que animar a a a tomar el testigo».