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Buenos hábitos para conciliar vida personal y profesional trabajando en casa


Javier González

Coach y CEO  Magna Coaching


Cada vez es más frecuente poder trabajar desde casa y solo acudir a la oficina para reuniones puntuales. Esto tiene una serie de ventajas evidentes, pero también algunos inconvenientes que debemos trabajar para evitar que la vorágine nos engulla y bajo la aparente facilidad laboral nos reste tiempo para poder conciliar nuestra vida profesional y personal.

Uno de los grandes retos de trabajar desde casa es adquirir la competencia de organización del tiempo de trabajo bajo nuestra propia supervisión. Mi experiencia me dice que al principio se hace raro no tener que demostrar que has estado físicamente trabajando en el día a día y que únicamente el avance y alcance de tu trabajo se percibe por las tareas que has terminado y los proyectos que has sacado adelante.

Recordemos también que un hábito es un comportamiento repetido en el tiempo, para ello existe el mito de los 21 días pero, también bajo mi experiencia, el verdadero hábito se consigue cuando realizas un comportamiento sin ser plenamente consciente de que lo has realizado, y esto requiere más tiempo, en mi caso puede llegar hasta los tres meses.

¿Qué hábitos son útiles para conciliar nuestra vida profesional y laboral trabajando en casa?

  • Organización. El hecho de poder disponer tu tiempo de la mejor manera que estimes oportuna condiciona los hábitos organizativos tanto profesionales como personales. Adquirir la competencia en organización es esencial para no perderte en el camino y poder sacar las tareas encomendadas adelante. 
  • Precisión en el horario. Marca una hora de inicio y finalización del trabajo, como si estuvieses en una oficina. No pretendas realizar tareas personales mientras estás en tu “horario” laboral porque todo se mezclará y finalmente tendrás la sensación de que no te da tiempo a nada. Cuando se acaba tu jornada, es como si salieses de la oficina. Se ha terminado y es en ese momento cuando inicias tu vida personal, no debes “volver” a tus tareas profesionales por muy cerca que tengas el despacho, de la misma forma que tampoco volverías a la oficina hasta el día siguiente.
  • Espacio físico separado. Dispón de un espacio, ya sea un despacho particular o zona donde puedas aislarte del resto de la casa. Es importante que concurra la distancia física y que las tareas profesionales se realicen en un lugar diferente. Además de saber diferenciar que cuando estés en esa zona es por temas profesionales. De esa manera los dos puntos anteriores, organización y horario, serán más fáciles de llevar a cabo.
  • Comunicación. La soledad es el inconveniente principal del trabajo en casa. Te sientes desligado de los compañeros de trabajo y percibes que pierdes información valiosa de la situación de la empresa para la que trabajas o en la que llevas un proyecto. Por eso es esencial hacer un plan de comunicación de doble vía, hacia dentro y hacia fuera. Comunicarte será tu baza para que se tenga constancia de tu trabajo y visibilidad para la organización.

La gran ventaja es que, trabajando desde casa, puedes adecuar, de una manera flexible, tanto la organización del trabajo como los horarios a las circunstancias personales y por tanto estar presente en actividades familiares que, de otra manera, sería complicado asistir. Además siempre ganas el tiempo de transporte desde y hacia la oficina; tiempo que puedes dedicar a tu vida personal sin necesidad de alargar la jornada laboral.

“Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra.”

(George Bernard Shaw)

 

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