.- Redacción
En un esfuerzo por mejorar la productividad y competitividad de la economía nacional, el Ministerio de Economía ha anunciado la creación del Consejo de Productividad de España, medida que responde a una recomendación del Consejo de Europa realizada en 2016. Su misión será identificar y analizar los factores que impulsan la productividad y ofrecer recomendaciones basadas en evidencia para reformas políticas.
Cierto es que la productividad laboral en España mostraba una preocupante tendencia descendente. Desde 1995, cuando estaba un 12% por debajo de la media europea, ha empeorado hasta situarse un 8% por debajo en la actualidad. La creación del Consejo buscará revertir esta tendencia y alinear a España con las naciones más productivas.
Seguirá así el camino de muchos países que ya han establecido sus propios consejos a partir de la recomendación europea, obteniendo resultados notables. Un estudio de 2022 sobre la productividad en la eurozona reveló que los diez países más productivos, incluyendo Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca, cuentan con un consejo de productividad. En contraste, Italia y España, que no contaban aún con consejo, ocupaban los puestos 11 y 12 respectivamente.
Las organizaciones, el ejemplo a seguir
Quizás a nivel de país hemos tardado en comprender la importancia de este tipo de organismos, pero son muchas las empresas que llevan años beneficiándose de este tipo de consejos u oficinas. Incluso entidades públicas, como pudimos comprobar durante el evento “Retos de TI en la Era de la IA Generativa”, organizado por LedaMC el pasado 23 de mayo. Ana Arredondo, directora del Área de Tecnología de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) presentó el caso de uso implementando su Oficina de Productividad, en colaboración con LedaMC. La OEPM ha abordado la gestión económica y de la eficiencia del desarrollo de software mediante un método objetivo y auditable basado en el producto software, los Puntos Función, un estándar ISO/IEC respaldado además por la Comisión Europea.
En palabras de Arredondo “Comenzamos a cuestionarnos cómo estábamos siendo de eficientes en la OEPM y no teníamos datos objetivos, necesitábamos encontrar un método que nos permitiera auditar y estuviera los más extendido posible (…) Ahí es cuando nos encontramos con los Puntos Función (…)”
Este enfoque permite a la OEPM cuantificar de manera precisa el trabajo realizado y su coste, llevar un control de estas variables y posibilita la comparación con referencias del mercado. Gracias a esta metodología, la OEPM ha logrado un aumento del 50% en la eficiencia del desarrollo de software y ahorros superiores a los 102.000 euros en 2021, basados en un portafolio de 59.000 horas de desarrollo. Porque “no hay nada como medir para que efectivamente empiece la mejora, si no medimos lamentablemente lo que va a ocurrir es que se va a degradar más la situación” afirmó Ana Arredondo.
Beneficios y perspectivas futuras
La experiencia de la OEPM demuestra cómo la implementación de metodologías centradas en el control de la productividad no solo mejora la eficiencia interna, sino que también proporciona un marco para la comparación y mejora continua. Y su ejemplo refuerza la importancia de contar con un Consejo de Productividad a nivel nacional que oriente las políticas públicas y sea ejemplo para otras organizaciones y entidades, privadas y públicas. Ahora habrá que esperar para comprobar si esta estrategia consigue el objetivo deseado, mejorar la productividad nacional e impulsar un crecimiento sostenible y equitativo para todos los ciudadanos.
