C.Estévez
29 de junio 2015
Desde 1989 la fábrica de ideas y dibujos Kukuxumusu se mantiene, no sin haber atravesado momentos difíciles, como un ejemplo de empresa en la que la creatividad constante es la base de su trayectoria. El universo de personajes creado por Mikel Urmeneta y su equipo puede aparecer en cualquier cosa, desde paraguas a camisetas, baberos, gafas, papel de fumar, preservativos, fundas de móvil o mochilas. Empresas, ONGs, instituciones, museos, fundaciones, asociaciones… confían en esta empresa para crear merchandising o fortalecer su imagen de marca ya sea a través de campañas publicitarias, desarrollo de imagen corporativa o proyectos multimedia o de animación.
Nacido en Iruñea-Pamplona en 1963, el fundador y director creativo de Kukuxumusu vive ahora entre Nueva York y Pamplona. Desde ambas ciudades gestiona esta popular empresa, cuyos dibujos en camisetas y otros soportes se comercializan en más de 90 países. Actualmente Mikel Urmeneta también dedica parte de su tiempo al mundo del arte. Entre sus últimas iniciativas, trasladar a los trabajadores de Kukuxumusu a una galería de arte en una acción de ready made corporativo o firmar los carteles de San Isidro o de la Feria del Toro de Sanfermin 2013.
Mikel, Kukuxumusu es sinónimo de una factoría de la risa, la ironía y el humor ¿Cómo habéis logrado mantener ese espíritu con el que nacistéis en el año 1989 sin perder la frescura del comienzo?
Kukuxumusu sobre todo es una fábrica de dibujos que intentan arrancar la sonrisa de quien los ve, dibujos que tengan la suficiente ambigüedad para que cada persona los haga suyos, dibujos en los que uno se refleje, se ría de si mismo… Retratamos de forma irónica los hábitos del ser humano, las cosas que le rodean. Es difícil perder frescura si de alguna manera estas retratando la realidad, el día a día. No nacimos como una marca de eslóganes, somos una marca de gags. El estilo de dibujo de Kukuxumusu ha variado mucho durante estos años, pero la filosofía de los mismos se intenta mantener intacta. El día que esta cambie, estaremos muertos.
¿De dónde surgió la idea de crear Kukuxumusu?¿Qué meta os planteásteis como principal objetivo?
Surgió de la inquietud, de la búsqueda por ganarse la vida de una forma creativa y divertida. No había metas, había ilusión.
¿Con qué financiación contasteis en un principio?
Cada uno de los tres socios fundadores pusimos un millón de pesetas, o sea, 6.000 euros. En mi caso mi abuela me avaló un préstamo concedido por la extinta Caja de Ahorros Municipal de Pamplona.
A lo largo de estos años ¿Cuáles han sido los obstáculos más difíciles de superar y cómo los afrontasteis?
Lo más complicado ha sido siempre gestionar la creatividad. La creatividad es un animal libre imposible de domesticar a base de marketing. Hay que saber gestionar el entorno del animal, no acorralarlo, porque entonces huye o te muerde. Luego, fuimos muy malos gestionando la crisis y lo pasamos muy mal; como tantas otras empresas.
Creatividad e innovación son los valores que han llevado a vuestra pyme a ser un referente. ¿Crees que para las pequeñas y medianas empresas estas dos armas son una buena garantía para hacer frente a las grandes compañías?
Sin imaginación nada avanza. Como dice Nogales en el libro de Belmonte, “no se fracasa por falta de dinero, sino por falta de fantasía”. Para mí las dos mejores armas para crecer como empresa son la imaginación y la ilusión.
¿En qué momento se produjo la internacionalización? ¿Fue algo planificado desde un principio o fruto de la demanda del mercado?
Se produjo en 2002 cuando empezamos a licenciar nuestro producto y a hacer colecciones para diferentes empresas líderes en sus respectivos mercados. Fue algo que surgió. Agatha Ruiz de la Prada fue pionera y referencia en esta forma de comercializar e internacionalizar la creatividad…
¿Qué le dirías a una pyme dedicada al sector de la ilustración que quiera relanzar su marca no solo a nivel nacional sino también a nivel internacional?
Que cree un universo único, desarrolle unos pocos personajes sólidos, que haga pequeñas piezas de animación con ellos, que los saque a pasear por la red y por las ferias… En definitiva, que intente crear marca y licenciar.
Uno de los aspectos más destacados de Kukuxumusu es su política de protección en Propiedad Industrial e Intelectual ¿Sin esa política dónde estaríais ahora?
Tal como funcionaba el mundo antes de la irrupción de Internet, era necesario proteger tus creaciones para que no te plagiara alguien más poderoso que tú y te borrara del mapa. Seguimos registrando toda nuestra creatividad, pero las cosas han cambiado y estamos en una era en la que se tiende a compartir todo y a todo se accede de una forma muy rápida. Yo soy más partidario de ir siempre por delante del limitado imitador que castigarlo. Es un tema que me gusta mucho y en el que aún hay mucho que trabajar.
Muchas de vuestras decisiones han sido tomadas por intuición y también en contra de los cánones del mundo empresarial ¿Recomendarías a otras pymes seguir vuestro ejemplo en este sentido?
Con esto hay que tener mucho cuidado. La intuición es un sofisticado proceso inconsciente de raciocinio. Si no estás habituado a dejarte llevar por tu instinto, es muy posible que guiarse por la intuición no te lleve a buen puerto. Yo desde que era muy pequeño tomaba las decisiones en segundos, y sigo haciéndolo. A mí, me funciona.
Cuando oyes como otras pymes culpan a la crisis económica de sus pobres resultados… ¿Qué piensas?
Que casi todas tienen razón. No todo el mundo tiene la misma capacidad de adaptación a un cambio tan brusco. Conozco muchísima gente que se ha dejado la vida trabajando en el escenario que le habían vendido y de repente se ha visto en un paraje desconocido, sin referencias y sin herramientas para salir adelante. Estaría bien que algún día la historia reconociera que unos pocos codiciosos, poderosos y, afortunadamente mortales personajes, metieron a medio planeta en un gran problema.
Kukuxumusu se hizo famosa por sus camisetas y después habéis extendido el modelo a un sinfín de objetos y proyectos ¿Cómo os veis de aquí a 10 años?
Yo me veo gordo, calvo y libre.