.- Redacción
¿Cuál es la diferencia entre una franquicia y una red de tiendas? ¿Interesa una opción más que otra si buscamos crecer más rápido?
Lo cierto es que ambos conceptos presentan similitudes, pero en este caso son más los factores que los separan que aquellos que los unen. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas que deben ser cuidadosamente consideradas en función de tus objetivos empresariales, recursos disponibles y tolerancia al riesgo.
Comencemos por brindar una definición apropiada para cada término:
Red de tiendas o cadena
Se trata de un conjunto de establecimientos ubicados en diversos puntos geográficos estratégicos pero que comparten una misma marca y un mismo propietario o propietaria, es decir, pertenecen a una misma compañía. La gestión de estas empresas es centralizada.
Franquicia
En una franquicia, cada empresa tiene su propietario o propietaria, que puede utilizar la marca, actividad y/o productos a cambio de una cuota. Se trata pues de una concesión de derechos de explotación otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada.
Ahora que ya sabemos de qué estamos hablando, prosigamos analizando los pros y los contras:
Las ventajas de una red de tiendas propias
Tener tiendas propias permite mantener un control completo sobre las operaciones, la calidad del servicio y la experiencia del cliente. De hecho, la gestión está centralizada, es decir, la compañía gestiona desde el aprovisionamiento a los procesos de selección de personal de todos los establecimientos. Y los ingresos generados por cada tienda van directamente a la empresa, lo que puede ofrecer mayores márgenes de ganancia si las operaciones son eficientes.
También brinda una mayor flexibilidad operativa, ya que se pueden implementar cambios y nuevas estrategias de manera más rápida y uniforme en todas las tiendas, pues las decisiones estratégicas se toman desde la alta dirección de la compañía y se trasladan al resto de locales.
Quizás la mayor desventaja sea la inversión inicial, pues la apertura de cada tienda requiere disponer de recursos financieros significativos y, además, la compañía asume todo el riesgo financiero relacionado con el rendimiento de cada tienda, siendo este más elevado.
Así pues, en una cadena, donde todas las tiendas son propiedad y están controladas directamente por la empresa matriz, existe un férreo control que puede ser beneficioso ante escenarios volátiles en los que se necesita una rápida toma de decisiones para transformarse con rapidez y seguir creciendo a buen ritmo.
Las ventajas de un sistema de franquicia
Al permitir a terceros, es decir, personas franquiciadas, invertir en la apertura de nuevas ubicaciones, la marca puede expandirse mucho más rápido en un principio sin incurrir en los altos costes asociados a la apertura de tiendas propias. De hecho, las franquicias son responsables de los costes del establecimiento y de la operación de sus propias tiendas.
Así pues, las franquicias suelen crecer más rápido y además, conseguir mejores precios con marcas proveedoras gracias a una mayor presencia de la marca.
La gran desventaja es que el control de las operaciones y del servicio es limitado. Aunque se establecen estándares, el control operativo sobre cada franquicia lo lleva a cabo la persona franquiciada, al fin y al cabo, el negocio es suyo en este caso, así pues cualquier deriva, aunque esté acotada, puede afectar a la uniformidad y la calidad de la experiencia del cliente en torno a la marca y contagiarse de una a otra franquicia.
De hecho, uno de los hándicaps que suelen señalar las empresas con franquicias es deben invertir un esfuerzo extra para asegurar el cumplimiento de los estándares de la marca por parte de las personas franquiciadas, pues estas gozan de mayor flexibilidad e incluso adaptarse a las necesidades locales dentro de los límites establecidos.
En resumen, si el objetivo principal es un crecimiento rápido con menor riesgo financiero en una primera fase, una franquicia podría ser la mejor opción, pues su poder de expansión es mayor en una etapa inicial. Sin embargo, si se prefiere tener un control total sobre las operaciones o la calidad del servicio y se está en disposición de asumir mayores riesgos financieros, una red de tiendas propias puede ser más adecuada y garantizar un crecimiento sostenido a largo plazo.