Las pequeñas y medianas empresas son un pilar fundamental de la economía local, y su capacidad para sobrevivir y prosperar frente a crisis puede marcar la diferencia en el bienestar de las comunidades.
La reciente situación de la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana, impactando a más de 54.000 negocios, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de muchas empresas ante eventos climáticos y otras crisis inesperadas.
Sin embargo, la gestión efectiva de crisis no solo depende de una reacción rápida, sino de una preparación adecuada y la capacidad para adaptarse y reinventarse cuando es necesario. Las administraciones públicas, tanto a nivel regional como nacional, han dispuesto de una serie de ayudas económicas para restaurar la actividad empresarial.
Entre estas ayudas, se encuentran subvenciones directas, préstamos blandos con condiciones ventajosas y exenciones fiscales. En el caso de la Comunidad Valenciana, la Generalitat ha habilitado un paquete de medidas para financiar la reparación de daños materiales y ofrecer asistencia a las empresas en el restablecimiento de su actividad.
Es fundamental que los empresarios afectados estén bien informados sobre los procedimientos para acceder a estas ayudas. Además, las asociaciones empresariales locales y las cámaras de comercio suelen tener información actualizada y asesoramiento sobre cómo presentar solicitudes y cumplir con los requisitos.
¿Cómo gestionar una crisis en una PYME?
Gestionar una crisis eficazmente exige una preparación previa. Aunque no siempre se puede prever un evento como la DANA, sí es posible contar con un plan de contingencia que permita actuar de forma organizada y eficiente cuando surjan imprevistos.
Este plan debe incluir:
1 Evaluación de riesgos: Las empresas deben identificar los riesgos potenciales que puedan afectar a su actividad, desde desastres naturales hasta crisis económicas o sanitarias. Conocer las vulnerabilidades permite anticiparse y tomar medidas preventivas.
2. Comunicación interna y externa: En tiempos de crisis, la comunicación es clave. Es importante mantener a todo el equipo informado sobre los pasos que se están tomando para enfrentar la situación, lo cual genera confianza y cohesión en el equipo. Además, es necesario establecer canales de comunicación claros con proveedores, clientes y otras partes interesadas para minimizar la incertidumbre.
3. Priorizar la continuidad de la actividad: Las decisiones deben orientarse a asegurar la supervivencia del negocio. Esto puede incluir la reestructuración temporal de las operaciones, como modificar horarios, priorizar ciertos productos o servicios, o reducir costes no esenciales. La flexibilidad es una virtud esencial para superar tiempos difíciles.
4 Apoyo a los empleados En una crisis, el bienestar de los empleados es una prioridad. Las empresas deben garantizar que sus equipos se sientan apoyados tanto emocional como económicamente. El fomento de la colaboración y la empatía contribuirá a mantener la moral alta durante momentos complejos.
Volver a empezar: La oportunidad de repensar el modelo de negocio
Para muchas pymes afectadas por una crisis, el desafío puede ser tan grande que los propietarios se ven forzados a reconsiderar el futuro de su empresa. Sin embargo, este momento de reinvención puede ser una excelente oportunidad para mejorar y fortalecer el modelo de negocio.
La crisis puede servir como un punto de inflexión para cuestionar la estructura y los procesos del negocio. Es un buen momento para identificar oportunidades de mejora y hacer ajustes en la estrategia. Tal vez sea el momento de diversificar productos o servicios, explorar nuevos mercados o adoptar nuevas tecnologías que optimicen los procesos.
Aprovechar la crisis para revisar y optimizar los procesos internos de la empresa puede resultar en una mejora significativa en la eficiencia. Identificar cuellos de botella, eliminar pasos innecesarios y adoptar nuevas herramientas digitales pueden mejorar la productividad y reducir costes.