C.Estévez
17 de julio 2015
Considerado una de las personas más talentosas del país, Félix Torán combina su dedicación a la Ciencia y la Ingeniería con años de estudio en el campo del crecimiento personal. Como ingeniero, ha recibido diversos reconocimientos internacionales a su labor investigadora, uno de ellos el Premio Salva i Campillo de Telecomunicaciones al proyecto más original, y ha publicado más de un centenar de trabajos científico-técnicos.
Además es un prestigioso orador, viaja continuamente, escribe libros -muchos de ellos destacados best sellers-, tiene dos hijos y afirma dormir ocho horas… Felix Torán aplica un enfoque muy práctico en numerosos temas a los que las pymes se enfrentan cada día como el liderazgo o la gestión del tiempo, al que incluso ha dedicado una de sus obras más célebres “El tiempo en sus manos” (Ed.Luciernaga).
Si estás disfrutando de tu periodo vacacional o tienes previsto hacerlo en breve puede ser un buen momento para la reflexión y plantearte cuestiones como ¿estás llevando tu empresa por buen camino?, ¿estas gestionado bien tu tiempo y el de tus empleados en aras de una mejor productividad?, ¿sabes reconocer en el día a día lo que es realmente importante?….
Félix, muchos propietarios de pymes tienen ciertas reticencias al cambio en sus organizaciones, pero a veces es primero importante realizar un cambio a nivel personal para luego trasladarlo a la empresa ¿qué les recomendarías en este sentido?
Efectivamente, el cambio siempre produce cierta resistencia en las organizaciones, que puede llegar a alcanzar un nivel elevado. Por otro lado, las empresas que mejor se adaptan al cambio suelen progresar más rápido hacia sus objetivos y llevar su potencial progresivamente hacia un nivel superior.
Por otro lado, las empresas están formadas por personas, y es dentro de las personas donde comienza la resistencia al cambio. La culpa la tiene esa parte de nosotros que llamamos “ego”, que necesita ir en contra de todas las leyes universales para seguir vivo, y logra -operando desde nuestra mente- convencernos para que lo hagamos.
Dos de esas leyes son las de la vibración y ritmo. Básicamente, podemos resumirlo diciendo que en el universo todo cambia constantemente. Las personas también. Y, por supuesto, las empresas. También el entorno, la competencia, el mercado, la economía, las leyes, etc. Por ello, las empresas más flexibles llegan más lejos, porque no intentan resistirse al cambio. Tampoco intentan autoengañarse y fingir como si no existiera. Reconocen que el cambio es natural, y se adaptan a él, explotando lo mejor de sus talentos y potenciales. Es posible que las cosas vayan muy bien ahora, pero nada va a seguir igual de por vida. Antes o después surgirán los cambios y hay que estar preparados y tener la actitud oportuna para afrontarlos de la forma más positiva. Las empresas que lo comprenden llegan más lejos. Recomiendo empezar por adaptar esa visión al nivel personal. En nuestra vida el cambio también está en todas partes. Basta mirar la naturaleza para apreciar que es precisamente eso: natural.
A menudo mencionas el concepto de la ley del ritmo, no estamos en el mismo estado todo el tiempo, y esto es un concepto que muchos empresarios deberían tener siempre en mente: hay que ser humildes cuando se está en lo más alto y no hundirse cuando las cosas no van del todo bien. ¿Cree que la actual crisis económica ha tenido como impacto positivo el que muchos empresarios sean más conscientes de esta ley del ritmo?
Efectivamente, la ley del ritmo se cumple siempre, en todos los ámbitos, en una ley universal. Quienes no son conscientes de ella tienen tendencia a venirse abajo ante la crisis. Incluso hay quienes se resisten a aceptar que está ahí, y siguen haciendo lo mismo que hacían antes, cuando las cosas les iban bien, a la espera de que las cosas vuelvan a ser igual después. ¡Es un error! Una crisis es un cambio. Las cosas nunca serán igual que antes. Cambiarán, y por ello, suponen una oportunidad para mejorar. Si se sigue haciendo lo mismo de antes, hay grandes oportunidades de que, tras duros esfuerzos para resistir la crisis, sea después de la misma cuando caigamos…
La humanidad ha progresado de crisis en crisis. Los mayores progresos no se consiguen cuando estamos en la zona de comodidad. Sin embargo, ante una crisis, el ser humano da lo mejor de sí y sale adelante, como nuestra especie ha hecho desde sus albores, superando las más complicadas barreras, ¡y aquí estamos!
Y son muchas las empresas que han visto en la crisis una oportunidad de cambio, para replantearse sus talentos únicos, y conectarlos con una misión y una visión empresarial (que quizá no se habían planteado antes). En momentos de comodidad, son pocos los que se lo plantean, y se trata de dos elementos clave: misión y visión.
Básico para el empresario es saber comunicar al resto de su plantilla la visión y misión de la compañía, ¿cómo podemos comunicar con eficacia estos dos aspectos tan importantes para que la empresa funcione?
La forma de comunicarlo es a través de una declaración de misión y de visión. Una buena práctica es hacerlo visible en la web de la empresa para no solo comunicarlo hacia dentro, sino también compartirlo hacia fuera, lo cual refuerza la conexión y el compromiso con esos elementos.
Es imprescindible que las personas que forman la empresa trabajen en armonía con la misión, visión y valores de la empresa. Para lograrlo, comunicar la misión y visión es necesario, pero no suficiente. De nada sirve comunicarlas bien si los miembros de la empresa no comparten esa misión y visión, y no la viven en cada momento de su trabajo, en cada decisión, en cada momento difícil, en cada oportunidad, etc. En ese punto recomiendo enérgicamente que la misión y visión de la empresa se construya implicando a todo el equipo. Los líderes pueden iniciar un borrador, a completar, refinar y orientar con el apoyo de todo el equipo. El personal se sentirá así parte de esa misión y visión, pues habrán contribuido en ella. Eso cohesiona, alinea y crea una energía común muy intensa y bien orientada. También recomiendo incluir una declaración de valores de la empresa, que incluya principios, creencias y reglas propios de la empresa.
Es imprescindible que las personas que forman la empresa trabajen en armonía con la misión, visión y valores de la empresa.
En “El tiempo en tus manos” recuerdas al lector que podemos ser muy productivos, pero a la vez, muy felices. ¿Cómo podemos trasladar este mensaje al mundo de la pyme?
Efectivamente, en los tiempos que vivimos, solo pensamos en ser productivos. Vivimos en una sociedad muy apegada al materialismo, y que comete el error de pensar que ser feliz significa acumular muchos éxitos en poco tiempo. Al final, generamos apego a producir resultados, para alimentar esa adicción al éxito, que nos permite sentirnos aparentemente bien, cuando en realidad estamos sufriendo y poniendo a nuestra salud en peligro.
La empresa debe tomar muy en serio el tema del estrés. Sobrecargar al personal no es una decisión inteligente. Es obvio que en tiempos de crisis a veces no hay más remedio que hacer sacrificios, pero la sobrecarga no debe convertirse en el pan de cada día. No tarda en ser contraproducente, no solo para el individuo, sino también para la empresa.
Permitir una pausa para practicar la meditación mindfulness puede resultar sorprendente, pero en realidad ya no lo es tanto. Bastaría darse un paseo por grandes empresas de Estados Unidos para llevarse una gran sorpresa (y lo mismo ocurre en muchas otras partes del mundo).
Meditar no significa perder quince minutos de valioso tiempo de la empresa. Sin el menor ápice de duda, significa ganar en productividad. El personal hace más, de más calidad, en menos tiempo, con menor agotamiento, sin llegar al extremo de la saturación, y con mayor satisfacción. No es algo que se obtenga en un día, requiere de regularidad, pero cuando se convierte en un hábito, resulta ser una decisión ganar/ganar. Además, como consecuencia, paulatinamente se va apreciando como el ambiente de trabajo mejora, pues se van desarrollando cualidades como la empatía, la alegría empática, la compasión, etc. Para mí contratar a un instructor de mindfulness en la empresa, aunque sea para un curso de tres semanas, es siempre una decisión acertada.
La empresa debe tomar muy en serio el tema del estrés. Sobrecargar al personal no es una decisión inteligente.
En otro de tus libros más vendidos, “Atrévete a ser un líder”, defines las características de liderazgo que todos deberíamos asumir en nuestras vidas personales, ¿se puede ser un buen líder para dirigir una pyme sin ser un buen líder a nivel personal?
En la mayoría de casos, no. Los buenos líderes en las empresas suelen liderar bien su vida. Una cosa va con la otra. Es difícil concebir que una persona que en su casa se dedica a microgestionar las tareas que hacen los miembros de su familia sea capaz de delegar correctamente cuando está en la empresa. Es posible que existan excepciones, pero serán solo eso… Excepciones…
Y el mejor punto de comienzo es el personal. Si te conviertes en un líder en tu vida, te resultará mucho más natural desplegar tus cualidades de liderazgo en la pyme. También es posible aprender a ser líder en la pyme, a través de cursos de formación, etc. Pero no olvidemos que el liderazgo tiene una parte técnica que se puede aprender gracias a nuestro hemisferio cerebral izquierdo, pero su parte más grande es todo un arte, y pertenece a esa otra parte (hemisferio derecho) que en general tenemos un tanto más oxidada y no se entrena todo lo suficiente en los sistema educativos actuales. ¡Quizá por ello me he lanzado a publicar libros infantiles de crecimiento personal!
Un problema que padecen muchas empresas, especialmente aquellas de pequeñas y medianas dimensiones, es la falta de tiempo para afrontar todos los aspectos del negocio, ¿cómo separar lo importante de lo accesorio?
Esta parte es clave. Como acostumbro a decir, en la gestión del tiempo no hay nada más importante que lo importante. Pero, claro… ¿qué es importante y qué no? Es relativo, y depende de cada empresa. Lo que es importante para una empresa, no lo es para otra.
Es más, puede cambiar con el tiempo. Lo que es importante para la pyme hoy, puede dejar de serlo dentro de una semana.
Para separar lo que es importante de lo que no lo es, hace falta un criterio, y éste lo conforman la misión y la visión de la empresa y aquí también podemos añadir los valores. Si una tarea o proyecto ayuda a la pyme a avanzar hacia su visión, y se encuentra en armonía con su misión, entonces es importante. Cualquier choque con la misión y la visión es una señal de que el asunto no es importante. Cuando no se tienen claros esos dos elementos, la pyme se queda sin criterio, y es muy fácil caer en el error de pensar que todo es importante.
Visualizar nuestros planes con antelación, ¿puede ser la tabla de salvación para muchas pequeñas y medianas empresas?
Sin la menor de las dudas. Cuando visualizamos, creamos por primera vez. Si le añadimos acción, objetivos, metas, buena gestión y un buen plan, creamos por segunda vez lo que ya habíamos creado en la mente. Esto no tiene nada de misterioso, si se piensa bien…
No hay que confundir imaginación, concentración y visualización. La imaginación se utiliza durante el día a día en infinidad de ocasiones, por ejemplo cuando alguien nos da una explicación y se nos representa mentalmente con imágenes. O cuando imaginamos un diseño y luego lo ponemos en el papel. O un determinado escenario y lo plasmamos con palabras. Estos son solo unos pocos ejemplos.
La concentración consiste en enfocar nuestra mente en una sola cosa. La visualización requiere de la imaginación, para construir una imagen mental de los sueños de la empresa. Pero requiere también de concentración para ser capaces de mantener esa imagen en mente. Y mucho más, es necesaria la convicción y la fe en que eso que estamos viendo es real, y el sentimiento de que ya lo tenemos.
Cuando varias personas en la empresa se enfocan de esta forma en una misma visión, no es que sus “fuerzas” se sumen… ¡Se multiplican! Se logra así atraer esa visión de forma mucho más rápida (por supuesto, no sin acción). De hecho, el proceso de construcción de una visión de empresa consiste precisamente en eso. La visión implica ver (en la mente), y cuando es compartida, se consigue ver en la mente de varias personas, uniendo sus fuerzas. Es más, un buen líder debe tener clara la visión de la empresa, y ser capaz de transmitirla y lograr que todo su equipo la vea y la sienta con la misma claridad.
Muchas empresas ven en la internacionalización una posible salida a la actual situación del mercado español, sin embargo en el caso de las más pequeñas muchas se resisten por miedo a lo imprevisto, a lo nuevo… ¿qué les recomendaría?
Yo les recomiendo que lo tomen como una oportunidad. La internacionalización puede abrir numerosas oportunidades de las que no se es consciente de antemano hasta que se intenta. El miedo ocurre en las personas. Es una sensación muy desagradable que ocurre cuando percibimos una sensación de peligro, y nos pone en situación de pelear o huir (y casi siempre terminamos huyendo). Cuando responde a una amenaza real, es miedo natural, y lo compartimos con los animales. Ese tipo de miedo es un mecanismo de supervivencia, y puede salvarnos la vida. Pero la mente humana se pasa el tiempo fabricando miedos que no son reales, y en muchos casos rozan lo imposible, pero sin embargo, nos frenan.
Como siempre digo, el mundo se pierde grandes cosas cada día por culpa del miedo. Hay personas maravillosas con talentos únicos y mucho que aportar a este mundo, y no lo hacen porque el miedo les está bloqueando desde dentro, casi siempre con los más fantasiosos argumentos.
Las empresas están hechas de personas, así que lo anterior se puede extrapolar. El mundo se pierde cada día grandes cosas que las pymes pueden aportar, y que no lo hacen por culpa de sus miedos internos, que son la suma de los miedos que residen en sus miembros…Ante el miedo, y en el marco de la empresa, por supuesto nunca se debe desestimar la importancia de una buena gestión de riesgos. Por otro lado, el conocimiento ayuda a eliminar muchos miedos. Conocer otros mercados, y lo que ocurre fuera de nuestras fronteras, puede ayudar a perder ese miedo de la pregunta, y a convertir un problema en una oportunidad.
Un buen líder debe tener clara la visión de la empresa, y ser capaz de transmitirla y lograr que todo su equipo la vea y la sienta con la misma claridad.
Por último, actitudes como la conciliación laboral y familiar o la promoción interna pueden ser un revulsivo en la gestión de las pymes, ¿crees que los empresarios españoles entienden cada vez más la importancia de lograr la felicidad de sus empleados como una relación directa con su facturación final?
No tengo la menor duda de que dicha conciliación se traduce en mayor felicidad. Y una empresa con diez empleados felices puede funcionar mucho mejor que si tuviera veinte empleados productivos pero sobrecargados. He tenido la oportunidad de conocer fuera de España esquemas de horario flexible, y te puedo garantizar que se trabaja igual o más, los resultados son de la misma o mayor calidad, y las personas son mucho más felices. Todos ganan.