.- Redacción
La mayoría de las pymes ven en la internacionalización un riesgo. De hecho, la rentabilidad en el caso de las más pequeñas se hace esperar. Sin embargo, las oportunidades de salir al exterior son muchas y están más al alcance de pequeñas empresas gracias a fenómenos como la digitalización y los marketplaces internacionales, que facilitan la penetración en mercados internacionales.
Según el Club de Exportadores, traspasar las fronteras nacionales conlleva ventajas como:
- Creación de empleo de mayor calidad
- Incremento en los niveles de productividad
- Aumento de la competitividad
- Mayor capacidad de innovación
- Mayor inversión en imagen de marca
- Aprovechamiento de la economía de escala
- Mayor posibilidades atracción y retención de talento
Es decir, salir al exterior permite no solo crecer, sino apuntalar la supervivencia, pues dichas empresas son capaces de diversificar su cartera a través de nuevas oportunidades de negocio. Y esta siempre es una baza a favor cuando se trata de capear la crisis en determinados mercados nacionales.
Retos en la internacionalización de las pymes
Sin embargo, en 2022, las 500 principales empresas exportadoras representaban el 58,7 % del total exportado. Que las pymes crucen las fronteras nacionales sigue siendo un objetivo a perseguir. Y es que, según datos reflejados por el ‘Plan de Acción para la Internacionalización de la Economía Española 2021-22’, las pequeñas y medianas empresas representaban en 2018 el 98,4 % del total de exportadores, además del 50,6 % del valor exportado.
Existen factores que frenan a las pymes en el camino hacia la internacionalización. Obviamente, no cuentan con las facilidades de las grandes empresas para:
· Obtener un conocimiento general del comercio internacional o de las oportunidades de negocio en otros países.
· Hacer frente a la complejidad de la legislación extranjera, los regímenes aduaneros y otras barreras administrativas.
· Recursos y capacidades limitados para, por ejemplo, el acceso a financiación; así como aversión al riesgo y escaso conocimiento de los planes de ayudas públicas.
Estos hándicaps aparecen señalados en un Informe Especial del Tribunal de Cuentas Europeo de 2022, donde se solicitaba a la UE mayor apoyo a las pymes para su internacionalización. Concretamente, se destacaba la falta de suficiente coherencia y coordinación en las acciones emprendidas al respecto, es decir, en los diversos programas de apoyo para la internacionalización de pymes con fondos europeos. También se ponía de relieve la necesidad aumentar la visibilidad y cobertura en países terceros para la Red Europea para las Empresas y de un mayor seguimiento y coordinación de la Startup Europe a largo plazo.
El problema de los costes
Solventar dichas deficiencias será necesario para hacer frente a los desafíos más acuciantes para las pymes. Entre ellos, los riesgos ante una posible ralentización económica en los mercados de destino o las tensiones políticas, principales escollos esgrimidos por quienes operan en países extranjeros.
A los anteriores, habría que sumar una problemática acuciante para las más pequeñas: el incremento de los costes asociados a su actividad y a la propia internacionalización. Nos referimos, por ejemplo, a los energéticos, que se agravan para las pymes ante su escasa capacidad de negociación o de repercutir dichas subidas.
De hecho, muchas voces expertas hacen un llamamiento a las pymes españolas para que traten de aumentar su tamaño y, con ello, su posición en el mercado, de tal forma que puedan ganar capacidad de maniobra al respecto.
La Unión Europea sigue siendo un mercado estratégico para las empresas españolas que exportan. El 93 % opera en este mercado y el 55 % espera expandir dicha posición en los próximos cinco años, según el informe de KPMG La empresa española ante un nuevo escenario internacional. EEUU sería otro de los escenarios relevantes, así como Latinoamérica.