El contexto financiero global es complicado, movido por una inflación elevada, tipos de interés al alza, un crecimiento económico bajo y un entorno marcado por la incertidumbre que traen escenarios como el de la guerra de Ucrania.

Para José María Martínez, profesor del Máster en Administración y Dirección de Empresas de EALDE Business School, desde la óptica del tejido productivo el peligro es doble: “por un lado, el encarecimiento en las materias primas y del IPC pueden reducir los márgenes comerciales». Martínez localiza a las pequeñas empresas que más van a acusar la situación: «las pymes que más sufrirán serán aquellas en sectores que no puedan trasladar el alza de costes que ellas experimenten a su precio de venta, bien por enfrentar más competencia o bien porque su demanda es más elástica y ante la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores no pueden elevar su precio de venta”.

El otro peligro que destaca José María Martínez es que “el alza en los precios generales puede traducirse en una demanda por parte de los trabajadores para ver incrementados sus salarios, con lo cual las que más sufrirán serán aquellas en las que el coste de mano de obra suponga un porcentaje mayor del total”.

En este escenario, desde EALDE Business School, aseguran que las pymes que más sufran las consecuencias adversas serán aquellas que no se pueda acometer una eficiente gestión del circulante y de la tesorería. Para una mejor gestión de los mismos, puedes visitar este esquema que hemos realizado.

Cómo afecta la inflación a las empresas

La inflación no da tregua. En el mes de enero ha repuntado dos décimas, hasta el 5,9%, y eso a pesar de contar con la rebaja en el iva de los alimentos. La inflación subyacente tampoco da tregua y se dispara hassta niveles de hace 36 años.

En este entorno, desde EALDE, comentan que los sectores que peor lo van a pasar son los vinculados a la producción de bienes y servicios no esenciales, por la reducción en la demanda de los mismos. Los ‘damnificados’ serán unos años más el sector del automóvil, la construcción y, en menor medida, los relacionados con los bienes de consumo como ropa y zapatos.

En esta respuesta al difícil contexto financiero también influye, dicen los expertos, si la empresa ha apostado por ser sostenible. Roberto Castro, profesor del Máster en Gestión de Riesgos de EALDE Business School,, mantiene que “en el corto plazo es posible que estas empresas ahorren porque tienen procesos más eficientes. Al ser más sostenibles tratan de reducir los desechos a cero y han apostado por la utilización de energías renovables. Al ser procesos más eficientes deberían soportar mejor los cambios que se prevén en este ejercicio”.

Otros riesgos financieros

La inflación no es el único riesgo actual. Roberto Castro señala que «uno de los riesgos financieros más importantes es el relacionado a los tipos de interés, dado que los bancos centrales de las grandes economías, tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) y otras autoridades monetarias de distintos países, están aumentando el precio del dinero para paliar el riesgo de inflación. Estas subidas implican serios problemas para las empresas que están financiadas, que ven amenazados sus negocios”. Provocado por esto está el riesgo que comportan las fluctuaciones de las taasas de cambio.