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«El error es pensar que el Bitcoin no tiene nada que ver con las empresas»


Daniel Hernández | Madrid


Alberto Gómez Toribio¿Cuándo fue el principio de la perversión del Bitcoin? En Europa y Estados Unidos se dio pronto al usarlo como bien con el que especular. ¿Cuándo algo como el Bitcoin, que fue concebido para saltarse a intermediarios como los bancos, comenzó a ser usado por los propios bancos? Es en parte otra forma de pervertir el invento. Las empresas se pueden aprovechar del Bitcoin, o mejor dicho, del Blockchain, la filosofía tras la cual está la criptomoneda, como nos advierte nuestro entrevistado, Alberto Gómez Toribio, especialista del asunto en cuestión del Grupo Barrabés. El caso es que las compañías (también las pymes) sepan ver boas zampándose a elefantes donde antes veían sombreros, aunque quizá llevar a este ámbito el clásico de Antoine de Saint-Exupéry sea pervertirlo demasiado, ¿quién sabe?, si hemos llegado hasta aquí…

¿Qué es la tecnología Blockchain?

Sobre esto habrás oído muchas cosas. Es una tecnología nueva y compleja. La definición más sencilla que podría darte es la de una tecnología que permite eliminar intermediarios. Ahora se sustituyen por criptografía y consenso. Si piensas en qué harías con una tecnología así en 2009, en medio de una de las mayores crisis financieras, sería quitarte de en medio a la banca, el principal intermediario en el ámbito del dinero. Quizás por este motivo fue por el que el primer experimento construido con tecnología Blockchain fuese un tipo de dinero digital que se llama Bitcoin. Esta moneda sustituye a un intermediario, el banco central, por criptografía y consenso.

¿Cómo funciona eso? Imagina que quieres crear un tipo de dinero en Internet. Lo primero que necesitas es una base de datos, un libro donde anotar que tú tienes una unidad de lo que sea, que aquél señor no tiene nada… Pensemos en una moneda que no tiene ninguna empresa detrás, no hay ningún prestador del servicio, sólo hay usuarios. Lo que podemos hacer es que uno de esos usuarios tenga la base de datos, la gestione y la exponga públicamente. Esto no funcionaría, porque ese usuario se vería incentivado a ponerse más dinero en su cuenta o a hacer que otro no tuviese nada. Así que lo que hacemos es que todas y cada una de las personas que forman parte de la red de Bitcoin, tengan una copia completa de este libro contable y que para modificarlo sea necesario que exista consenso entre la mayor parte de los individuos. Con ese consenso tenemos dinero digital en Internet. Es el mayor experimento socioeconómico que hemos vivido hasta ahora. Es la primera vez que hemos conseguido crear dinero y eso tiene un impacto social y político muy importante.

Eso es Bitcoin, pero ¿qué más usos tiene Blockchain?

Nosotros trabajamos con empresas de logística, retail, banca y seguros. Para ellos Blockchain es una tecnología que permite eliminar intermediarios, pero en lugar de usarla como lo hace Bitcoin, hacen otra cosa. Bitcoin es interesante para las empresas por los conceptos con los que trabaja. Estas compañías lo ven desde el otro lado y lo ven como tecnología específica para el dinero. Hasta ahora teníamos bases de datos de propósito general, que sirven para cualquier cosa y que son útiles en la industria bancaria, pero esto es específico.

Uno de los aspectos interesantes para las empresas es el hecho de que el Bitcoin no es sólo digital sino que es también programable. Con el dinero normal sólo puedes hacer dos cosas: gastarlo o ahorrarlo, pero no puedes programarlo. Por ejemplo, si hay un Madrid – Barça podemos decir que cierta cantidad de dinero sea tuya si gana el Barça. Normalmente para eso necesitas un intermediario, la casa de apuestas, pero aquí se sustituye por criptografía y consenso. Estos conceptos son útiles para la industria. También es interesante la trazabilidad. Es la primera vez que tenemos una tecnología que ha sido diseñada para seguir el rastro del dinero desde que se creó. Vemos qué ha ocurrido. Con las bases de datos de los bancos eso no lo vemos, tenemos sólo el balance.

En la industria no hace falta que todas las empresas tengan una base de datos compartidas, eso sólo le hace falta al Bitcoin en Internet porque el entorno es hostil. Si en este ámbito tomamos los dos aspectos (la trazabilidad y que se pueda programar) tenemos un abanico nuevo de tecnologías que usan el concepto de dinero programable. ¿Para qué sirve esto? Por ejemplo, imagina que tienes una empresa de retail y que tienes muchos procesos en los que recibes mercancías. Normalmente recibes la mercancía y el señor del camión te pide que la revises y que firmes el albarán. El albarán se lo lleva y después te envian una factura que pagas. El proceso es muy simple. Esto se puede reducir y automatizar mucho más. En este caso el banco te ofrece una máquina virtual donde se ejecutan Smart Contracts. Estos se generan contando en el banco cómo es tu negocio: «los lunes entra un camión de Coca-cola, luego cuando se acumulan las facturas les pago, si tengo riesgos contrato tal producto… A partir de ahora encárguese usted de todo eso». Eso es un Smart Contract. Lo que haces es pasar la lógica de tu empresa a código fuente y ese contrato funciona automáticamente. Vive dentro de una máquina virtual en el banco. Esto es dinero programable, esto permite eliminar intermediarios. En definitiva permite al banco integrarse en el CRM de su cliente. También puede suceder al contrario, que una empresa ceda su lógica de negocio en un Smart Contract que esté en su propio CRM y que cuando toca pagar se comunique con el banco, esto lo hace ahora BBVA. La entidad permite que las máquinas accedan a sus servicios con un API, de la misma forma que las personas utilizan formularios web para realizar la misma operación.

Lo que hacemos aquí en Clluc es crear una plataforma de Smart Contracts, una máquina virtual que permite a empresas llevar a cabo estos contratos inteligentes.

¿Cómo ha podido suceder que una tecnología diseñada para eliminar intermediarios sea usada precisamente por grandes intermediarios tradicionales como los bancos?

Además de ser diseñada para eliminar intermediarios introduce otra serie de conceptos que están muy ligados al dinero. Los bancos están muy ligados al dinero, ellos no están interesados en eliminar intermediarios, Bitcoin no les interesa, les interesa esos otros conceptos. Los toman y desarrollan tecnologías distintas que caen dentro de este paraguas.

Quizás sí están interesados en el caso que otros sean los «desintermediados», como el caso de las empresas de logística. Los bancos ofrecen un producto financiero y desintermedian a un actor: el corredor de mercancías. Sólo en Estados Unidos hay más de 33.000 empresas registradas con este objeto social. Por eso los bancos están interesados en este caso de uso.

Bitcoin es un experimento muy, muy pequeño. Casi no se puede pagar en ningún sitio en la calle con Bitcoins. A mi se me atribuye la famosa frase de «no pagaría jamás un café con Bitcoins», que, por cierto, nunca dije. Lo que digo es que se pueden pagar hoy en día cosas con Bitcoins, pero ¿tiene sentido usarlo como método de pago? Probablemente no. En España tenemos otros medios de pago que son las tarjetas de crédito. Funcionan bien y a mi no me cobran comisión. En el caso de Kenya, el país donde más se paga con el teléfono móvil, tener una tarjeta de crédito es muy caro. Por eso las empresas y los usuarios usan el teléfono para pagar. No son Smartphones. Usan un sistema que se llama M-pesa, que usa códigos parecidos a los mensajes de texto para pagarse entre sí. Quizás allí Bitcoin sea una solución. No digo que allí se vaya a usar, no lo veo tan claro. Pero allí sí puede tener sentido, porque tienen un método de pago que funciona en la calle pero no tienen un método de pago en Internet. Ellos no pueden ofrecer sus servicios de consultoría al resto del mundo porque no disponen de una cuenta bancaria para recibir dinero, es demasiado caro. El pago en Bitcoins podría ser una solución.

Entonces en parte Bitcoin ha fracasado

Bitcoin ha fracasado en su propósito de ser un método de pago universal para el primer mundo. Esto es una expectativa que creíamos resuelta con Bitcoin y no es así.

Aquí como sí ha triunfado es como una materia con la que especular

La especulación es inherente a cualquier mercado. La especulación en dólares es mucho mayor que con Bitcoins. Cuando tienes una moneda hay gente que la usa para pagar, pero la mayoría del negocio en torno a cualquier bien es la especulación. El precio del euro y del dólar fluctúan por la misma razón que lo hace el del Bitcoin. Hay personas que compran dólares o euros con la intención de enriquecerse, de que el precio cambie y se aprovechen. Lo que pasa con Bitcoin es que la volatilidad es mucho más brusca que con el resto de divisas. Esto ocurre por la cantidad emitida. Comprar un millón de euros no desplaza tanto el mercado como comprar un millón de Bitcoins.

Volviendo al tema del blockchain ¿Cómo se puede aprovechar una pyme de esta teconología?

Se benefician a través de los Smart Contracts. Gracias a que llegue otra empresa y les diga «la lógica de tu negocio ya no la tienes que llevar tú, la puedes automatizar». Estos contratos los puedes integrar en tu CRM o puedes contratar con un proveedor que incorpore esta tecnología. Con ello eliminas intermediarios y eliminas costes. Esto desde el punto de vista B2B. Desde el punto de vista B2C, es decir, cuando intervienen una empresa y un cliente, es más complicado. Todavía no ha madurado la tecnología lo suficiente para el usuario. Las empresas lo usan porque están acostumbradas a lidiar con determinados procesos y lo que importa es reducir costes.

Coinffeine, la startup que liderabas, presumió de recibir el interés y la financiación de Bankinter, es decir, un banco metiendo dinero en una empresa dedicada al Bitcoin. ¿Cómo quedó aquello?

Coinffeine está ahora en stand-by. Coinffeine fue creada por cinco ingenieros que trabajábamos en Telefónica I+D. La experiencia fue tan buena que decidimos crear una compañía. Por aquél entonces acabábamos de descubrir la tecnología Blockchain. El principal uso hace dos años era el Bitcoin y nos centramos en solucionar problemas que existían en la comunidad, uno de ellos era el de comprar y vender. Cuando los exchange quebraban se quedaban con los Bitcoin de los usuarios, porque no estaba muy claro qué era aquello. Entonces pensamos en crear una aplicación que permitiese comprar y vender Bitcoins como si fuese una aplicación de escritorio, una aplicación que tu descargas, que vinculas a tu cuenta de Pay Pal y que te permite albergar los bitcoins en tu propio ordenador. Así, si nosotros quebramos nadie se verá afectado.

Aquello fue creciendo hasta ser los primeros en recibir el apoyo de un banco. Después de aquello operamos en más de 200 países. La empresa fue bien, pero llegamos a un punto en el que me vi en la oportunidad de desarrollar otros proyectos relacionados pero aplicados a otros sectores. Lo que tenía era un producto, algo muy concreto, y me era muy complicado aprovechar todas las nuevas oportunidades teniendo algo tan concreto. Por eso lo dejamos en stand-by y ahora lidero Clluc dentro del grupo Barrabés. Nuestra diferencia frente a otras consultoras es que proponemos casos de uso muy concretos.

El tiempo pasa muy rápido en este ámbito, estamos hablando de hace dos años como si fuesen muchos más. ¿Qué preparáis desde Clluc para el futuro?

Estamos trabajando en un producto que vamos a lanzar como startup independiente, como un producto independiente que no tiene que ver con la marca Clluc y que es una plataforma de Smart Contracts. No te puedo dar el nombre porque estamos trabajando en ello. Pero está destinado a que las empresas puedan integrar en su CRM los Smart Contracts para que los bancos aprovechen el potencial de esta teconología, dejando a un lado otras como el Bitcoin.

¿Cuáles son las expectativas?

Estamos en proceso de trabajar con cuatro entidades financieras, varias empresas de retail y dos grandes empresas de logística. También estamos hablando con una compañía que realiza manufactura de diamantes.

Tu nombre está en el cartel del Zinc Shower, ¿qué vas a ofrecer allí?

Lo que vamos a ofrecer es una visión totalmente distinta de lo que la gente entiende como Blockchain. Quiero que la gente entienda lo que es esta tecnología y creo que hay muy pocas personas que sean capaces de trasladarlo con lenguaje ameno. También quiero que se vea que Bitcoin o Ethereum no tienen nada que ver con lo que se está haciendo hoy en día en la industria. Siempre que se ha hablado de Bockchain se ha hablado desde el punto de vista de la comunidad, del usuario. Yo quiero orientarme a las empresas. Ese es el tipo de cliente al que quiero dirigirme. Esto no tiene nada que ver con esas tecnologías. Se trata de aprovechar algunos conceptos: trazabilidad y dinero programable. Es una oportunidad buena para reducir costes y generar nuevos modelos de negocio.

¿Cuáles son las principales confusiones que hay cuando nos referimos a esta tecnología?

Lo principal es leer principalmente sobre lo que más suena, Bitcoin y Ethereum, y darte cuenta de que eso tiene que ver con un tipo de dinero digital y pensar: «esto no va conmigo porque yo en mi negocio uso euros, no uso Bitcoin». Ese es el principal error que cometen las empresas porque ahí lo dejan. Yo les invito a que aprendan qué se hace realmente en la industria. Aprovechamos conceptos para trabajar con euros y resolver problemas del día a día.

Para terminar no puedo dejar de preguntarte si pagarías un café con Bitcoins.

[Ríe] Quizá sí, pero sólo como experimento. Bitcoin me motiva como persona y ciudadano. Creo que es un experimento muy interesante. Lo haría como experimento, pero no si buscase pagar menos comisiones o tener un servicio barato.

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