#MenudasEmpresas


La noche de los fracasados vivientes


Daniel Hernández | Madrid

18 de marzo de 2015


Hay un sitio en Madrid donde se descojonan de los fracasos de los demás. Sí, existe. El lugar se llama Utopic_us, uno de los espacios de coworking de la capital, que acoge de vez en cuando el evento FuckUp Nights. No se trata de humillar al ponente. Es él mismo el que se ríe de sus desgracias. Claro está que a algo así sólo se prestan quienes actualmente les va bien y no quienes se acaban de dar un batacazo, pero ya es algo. Este evento nació en México y ya se celebra en 90 ciudades de todo el mundo. «Ha habido una explosión de FuckUp Nights», comenta el emprendedor y presentador de una de las veladas Javier Moral. «Es algo diferente, algo a lo que no estamos acostumbrados», añade.

Chema Larrea, CEO de Qhacemoshoy? presentando su experiencia

Chema Larrea, CEO de Qhacemoshoy? presentando su experiencia // D. Hernández

Entre los ponentes de la noche a la que acudimos estuvo Chema Larrea, actualmente CEO de Qhaceshoy?, una aplicación que ofrece el servicio de taquilla de último minuto para eventos culturales y espectáculos con descuentos, y que en apariencia no tenía ninguna necesidad de complicarse la vida. Después de perder su trabajo en la universidad este ingeniero informático se sacó una oposición de personal laboral en la Casa de la Moneda, «pero me aburría», dice.

Así que empezó a trastear. «Se me ocurrió hacer una aplicación para tener entradas en el móvil», es decir una especie de passbook, la aplicación de Apple para almacenar cupones, tarjetas de embarque y otras formas de pago móvil; «pero antes de que existiese». Una idea revolucionaria. En principio. «Todos me decían que era una buena idea, pero a la hora de la verdad nadie la compraba ni la usaba».

Larrea creyó entender que si no dejaba su trabajo y se dedicaba a esto al 100% «no haría nada». Así que lo hizo. Se encerró con un socio para crear una especie de Tinder, una aplicación para ligar. Y así fue como escribió en su curriculum un nuevo fracaso. El proyecto nunca salió y se divorció de su socio.

Pero lejos de amedrentarse continuó. «Yo quería montar algo». Y lo hizo, pero para terceros. Creó una consultoría con un amigo. De los fracasos anteriores entendió «que hasta que no te compren no tienes nada». Así que la consultoría fue avanzando hasta que recuperó la idea del tiketing. «Me presenté a un concurso por el que entré en un proceso de aceleración y en 6 semanas nació Qhaceshoy?»

Chema Larrea: «mi objetivo era buscar la felicidad» y para eso hay que tropezar antes.

Lo bueno de fracasar es que se aprende a ir con paso más firme. Así que la aplicación se lanzó a modo de prueba y tuvo éxito. «Después montamos la empresa y ahora favorecemos que la gente vaya más barato a eventos» dice Larrera a modo de cuña publicitaria.

El público atendiendo a las presentaciones // D. Hernández

El público atendiendo a las presentaciones // D. Hernández

«El tema es buscar la felicidad» como forma de vida y para eso nadie dijo que no haya que tropezar, o pasar hambre. Es la experiencia de Flan, que así se hace llamar este creativo y consultor para startups. Antes trabajaba en publicidad , «un sector en el que echas muchas horas, ganas mucho dinero y haces chorradas que las marcas no necesitan». Eso es amor por el curro y el resto tonterías.

Flan: «hicimos una campaña en la que los niños podían hacer dibujos en la web de la marca y nos encontramos con miles de penes»

En el trabajo se hacen muchas cagadas y parece que en la publicidad también. Flan recuerda una muy divertida para Cola Cao. Para ellos crearon una página web con un espacio en el que los niños podían hacer graffitis libremente. La participación fue masiva, pero eso no quiere decir que el resultado sea bueno. Una llamada del cliente les advirtió de lo que estaba pasando. El espacio estaba lleno de dibujos de penes hechos por miles de adolescentes salidos. «Se generaban unas 16 pililas cada hora» dice Flan. Desde luego este no fue un éxito para la marca.

Flan presentando su experiencia

Flan presentando su experiencia // D. Hernández

Flan decidió hacerse freelance y entonces se encontró con la barrera de la morosidad. Su deuda con Hacienda engordó, y él físicamente también. «Gané 20 kilos, me quedé sin novia, me tuve que ir de Barcelona» y aterrizó en Valencia, una ciudad más barata donde se tomó un año sabático.

En su mente las grandes agencias de publicidad eran lo más parecido al diablo. Así que pensó en trabajar sólo para clientes de confianza, primero para el hijo de un amigo de su padre, que se fue sin pagarle y luego para otro pequeño cliente que también hizo lo propio. Es así como experimentó en carne propia eso de «la confianza da asco».

Todo es gracioso y está bien pero cuando estás en el hoyo ¿qué es lo que te anima a seguir? «Yo siempre había querido inventar y crear cosas» dice Chema Larrea.  Además la ventaja de montar una pyme, dice el CEO de Qhaceshoy? «es que se puede probar mucho y se pueden mover más rápido que las grandes».

A Flan la carestía le ha aportado algo esencial. «Para emprender me ha venido muy bien vivir con poco dinero». Es fundamental para iniciar una actividad porque «aprendes a vivir sin la necesidad de generar dinero en seguida».

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